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lunes, 24 de noviembre de 2014

Cuando las palabras hieren #diaInternacionalviolenciagenero


Hoy es 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género, instaurado por la ONU en 1999 en honor a las hermanas Mirabal (Patricia, Minerva y Mª Teresa), tres activistas políticas dominicanas, brutalmente asesinadas por la policía siguiendo órdenes directas del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Hoy es un día de números, datos, y estadísticas, que ponen de manifiesto que la violencia contra la mujer es una lacra social difícil de erradicar, una pandemia mundial que se nutre de la discriminación y la desigualdad por razón de género que aun hoy persiste tanto en las leyes como en la sociedad. Y entre los muchos datos que hoy se podrán leer, está el aumento de la violencia de género entre los adolescentes, de las situaciones de abuso y dominio que sufren muchas jóvenes donde las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental. Son muchas las que sufren un control férreo de sus parejas de través del teléfono móvil, controlando cada uno de sus movimientos y recibiendo amenazas e insultos a través de las redes sociales, y en estos casos ayudan más bien poco las típicas expresiones románticas que las adolescentes tienen como paradigma del amor, expresiones tales como “los celos son una demostración de amor”, “sin ti no soy nada”, “eres mía y de nadie más” y que tan manidas estan en nuestra sociedad. 
mientras uno lee las noticias que hoy se publican sobre el aumento de las  agresiones en el ámbito familiar producto de la crisis económica que nos azota y que la disminución en el número de denuncias no se debe a otra cosa que al miedo que tienen muchas mujeres a denunciar a sus parejas al depender económicamente de ellas, por la radio suenan supuestas canciones de amor cuyas letras son odas a amores tormentosos, a relaciones tóxicas, a pensamientos suicidas ante la posibilidad del abandono, al dolor de una ruptura y la consecuente culpabilización por la misma. Estos son los temas de los que tratan muchas de las canciones que escuchamos, algunas nos las sabemos de memoria y las canturreamos sin pensar demasiado en el mensaje que transmiten; mensajes de como uno debe someterse a la voluntad de aquel al que se ama, al cumplimiento de sus deseos para evitar que nos deje, en convertirnos en otra persona, transformanos en aquello que anhela simplemente para que nos haga caso... sin pensar que estamos transmitiendo la siguiente idea: complácele y te amará, el ser amado es lo más importante, tu eres el resto, lo insignificante.
Si uno escucha en boca de alguien decir que por la persona amada es capaz de arrodillarse, de pedir perdón, de dar su vida, que es de su dueño, que se abrirá las venas al ver el corazón su yeso... ¿Qué pensaríamos? ¿Cómo actuaríamos? Supongo que lo último que uno haría sería canturrear estas palabras; pensaríamos que esta persona tiene graves problemas de autoestima, quizás provocadas por un presunto maltrato psicológico al que le pudiera estar sometiendo por su  pareja, y que necesita ayuda urgentemente. Pues estas palabras forman parte de la letra de una canción interpretada por Mónica Naranjo cuyo título es muy significativo “Perra Enamorada”.  


Otro ejemplo de canción con un mensaje autodestructivo, donde la voluntad del hombre prima sobre la de la mujer, que sin él ella no es nada, es la canción “La pared” cantada por Shakira que literalmente nos dice: que “eres la enfermedad y el enfermero. Ya me has convertido en tu perro faldero. Sabes que sin ti ya yo no soy, sabes que a donde vaya voy” (…) “Después de ti la pared , no me faltes nunca,  debajo el asfalto y  más abajo estaría yo sin ti”.


Estas dos canciones son un pequeño ejemplo de cómo, sin darnos, el lenguaje, el juego de palabras, la utilización de determinadas expresiones en la música, en el cine, en la literatura, o en simples actos de nuestra vida cotidiana pueden fomentar, sin quererlo, ni pretenderlo, comportamientos y actitudes que pueden degenerar en prejuicios sexistas, en actos de degradación de la mujer, en ver a la mujer como un sujeto que debe someterse a la voluntad del hombre, en considerar a la mujer como un simple objeto del cual se puede disfrutar sin tener en cuenta sus sentimientos. 
Son muchas las expresiones o los actos que en un principio no tiene intencionalidad de menospreciar a la mujer, pero uno no puede saber hasta que punto unas palabras, un comentario, una simple gracia o un chascarrillo puede llegar a violentar a una mujer, sólo se sabe si uno se pone en su lugar. Un ejemplo de esto pudiera ser un piropo, donde un simple acto de galantería hacia una mujer, puede llegar a convertirse una situación incómoda, de acoso, de vejación para ella, llegando a convertirse, en ciertos casos, en una agresión, y para muestra un botón...  
  
Quizás alguno pueda pensar que todo esto es una nimiedad, una cosa sin importancia, que de un grano de arena se pudiera estar haciendo una montaña, pero deberíamos intentar alejar de nuestro lenguaje, de nuestra cultura, de nuestra sociedad, aquellos actos, comportamientos, o expresiones,  que pudieran ser interiorizados como normales por las generaciones venideras y que pudieran dar lugar a la exculpación de una acción considerada como violencia de género. 

Autor: Carmen (@Persefone123)






Os dejamos enlace a poemas, relatos y microrelatos publicados en el blog que tratan sobre la violencia de género, esperando que dentro de poco, dentro de nada, un día como el de hoy haya sido eliminado del calendario ya que esto significaría que la violencia contra la mujer habría sido erradicada de la faz de la tierra.... 

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