El olor a pan recién hecho las
despertó. Lentamente, casi de puntillas,
se asomaron a la cocina y el asombro fue mayúsculo cuando vieron la mesa
preparada con mantel, leche caliente y un dorado pan que todavía estaba humeante. Se miraron,
no entendían que estaba sucediendo. Juntas se acercaron a la puerta de la
pequeña casa y pudieron ver a la abuela María en el huerto, arrancando las
malas hierbas. Sus manos tenían las señales de los años y del trabajo duro de
la tierra de casi toda una vida. El tiempo implacable se había acomodado en
ella mermando sus recuerdos y estos se fueron enfriando, congelándose en alguna
parte de su memoria. Había sido una mujer llena de recuerdos, de esos que se
atesoran y no se comparten, llegando a convertirse en secretos. Una mujer
fuerte para el trabajo y cuya única debilidad había sido su hija Giulia y
luego, su nieta Olivia.
Giulia la observaba, con ternura,
casi con adoración. Su madre estaba allí, tal y como la recordaba, como si todo
siguiese igual. Amaba a su anciana madre, porque a pesar de la dura vida que
les había tocado vivir, nunca le había faltado una caricia, una palabra bonita
o una sonrisa resplandeciente cuando la miraba. Siempre pensó que su madre guardaba un gran secreto y siempre presintió
que eso tenía que ver con su propio origen, pero jamás la importunó con preguntas. Solo sabía que, siendo muy
joven, había trabajado con una familia de aristócratas de Florencia y recordaba
cómo una vez, siendo ella una niña, su madre la llevó a una gran casa llena de
cosas bonitas y lujosas. Allí la vio llorar por primera y única vez. Cuando recordaba a su padre, no encontraba
nunca la sonrisa de su madre, tampoco recordaba un gesto cariñoso de parte de
ninguno de los dos. Su padre murió
siendo ella todavía una niña y tampoco recordaba tristeza en el gesto de su
madre, tal vez lástima, pero no dolor. Hacía ya un par de años que su madre
había empezado a apagarse, a olvidar hasta las cosas más sencillas, a hablar
poco y cuando lo hacía, apenas balbuceaba palabras inteligibles. Sólo sonreía y
su cara se iluminaba cuando Olivia aparecía
en la habitación. Era una joven
alegre y dulce, con rasgos muy hermosos que, muchos decían, recordaban a los de
su abuela cuando era una jovenzuela.
Anciana durmiendo de Nicolaes
Maes (1656)
Olivia se acercó a la abuela para
cubrirla con su chal.
-¿Estás bien nonna?
La abuela la miró con sus
profundos ojos azules.
- Si hijita, he dormido muy bien.
La joven no podía reprimir su asombro cuando
la oyó hablar con tanta claridad. Entrelazó su brazo y la acompañó hasta su
sillón, al lado del brasero. Mientras tanto, Giulia, un poco atolondrada por la
situación, le preparaba un tazón con pan remojado en la leche que les había
dejado sobre la mesa. Después de
desayunar, la joven se sentó a los pies de su abuela y recostó la cabeza en su
regazo, con ternura, queriendo trasmitirle su calor. La abuela acariciaba con
dulzura la cobriza melena de su nieta mientras le tejía unas trenzas.
Un día Patricia Dávila nos envió su relato Un alma errante, y al leerlo uno se transporta a una atmósfera misteriosa, sensual y elegante. Después de este relato vinieron otros más como Perdido por un poema, Vuelve, o El cristal de tus ojos que hacen que uno se introduzca más y más en ese clima, en esa atmósfera creada por la autora con sus palabras…. Y fruto de sus relatos se ha hecho realidad el sueño de Patricia Dávila su libro Un mundo para dos, una novela romántica y sensual. El libro nos cuenta la historia de Lorena y Javi, que se conocen a través de las redes sociales, y cuya relación, a través del “ciber-contacto”, está rodeada de problemas. Ella ha sufrido en el pasado y él lleva consigo una fuerte carga sentimental que hará peligrar la relación, descubriendo juntos el lado oculto de las redes sociales y las dudas que se generan en torno a una relación de este tipo... ¿Podrán vencer todos los problemas que surgen a su alrededor o dejarán escapar esta oportunidad?
Pasado la tarde con una lectura...
Y teniendo unos días libres que iba a pasar un lugar perdido entre la
montañas, en un lugar totalmente desconectado del mundo, un lugar donde
las tardes se pueden hacer muy largas,
donde poco o nada tienes que hacer, el lugar ideal para poner “Un mundo para
dos” en la maleta y adentrarse en su historia. En una tarde de esas, donde todo el
mundo duerme la siesta, me acomodé en el
sofá y empecé el libro descubriendo a su protagonista, Lorena, una mujer, joven,
inteligente, no muy consciente de su atractivo, o al menos es eso lo que ella
piensa; una mujer sensata, prudente, insegura y hasta cierto punto cohibida, que
pocas veces se deja llevar por la
impulsividad, por el deseo. Un día, casi obligada por su amiga y compañera de piso Eva, una mujer totalmente
contraria a ella, desinhibida, conocedora de su atractivo y sin miedo a vivir
la vida como y con quien quiere, Lorena es empujada por Eva a hacer algo para
romper con su vida rutinaria, para buscar ese cambio que ella parece desear, y
para ello opta por abrir una cuenta en una red social, aunque sin muchas
esperanza de que ese cambio se produzca… Pero en la inmensidad de la red encuentra a Javi, con la cual desde un principio surge una atracción especial,
una conexión que hace que no puedan dejar de comunicarse a través
la red, y todo ello sin haber visto sus caras. Y llega un día en que Lorena
vence sus miedos y envía una fotografía a Javi, y ambos, por primera vez, ve sus rostros y en ese mismo momento se produce una primera llamada. Y es en esa
misma llamada donde la pasión contenida se desborda, siendo el inicio de una relación
que hará despertar a Lorena de su letargo, que la hace sentirse viva, deseada,
sin miedos. Pero Javi no es libre del todo, su vida se debate entre aquello que
quiere y aquello que le ata, una atadura de la cual la culpabilidad nunca le
dejará ser libre, ya que su libertad podría suponer el fin para otra persona, y
es por ello que su relación parece tener fecha de caducidad, donde ambos
parecen ser conscientes que no continuará….
Con la lectura de libro “Un mundo
para dos” esas tardes largas y aburridas se hicieron cortas, un libro que cuando
lo empiezas quieres saber qué pasará con Javi y Lorena, unos personajes en los
que muchos se pueden sentir identificados, en sus miedos, en sus pasiones, en
sus deseos, en su lucha entre el deber y el querer y las funestas consecuencia
de su elección. Un libro no sólo recomendable para aquellos que les guste novela
romántica para adultos, sino para todos, un libro que te invita a romper nuestras
barreras, nuestros miedos, nuestras cohibiciones relativos al amor, al sexo, a
la vida, que nos invita a vivir como uno quiere, no como los demás
desean. Podéis obtener más información del libro y adquirirlo en el siguiente enlacehttp://www.amazon.es/gp/product/B00Y6MO1Z8?tag=http://www.amazon.es&*Version*=1
La autora... Patricia Dávila
"Nací en un día de
final de febrero en Lima, Perú. Desde pequeña siempre me encantó la literatura
y devoraba todos los libros que llegaban a mis manos. Ya en el colegio me
divertía escribiendo mini historias a mis compañeras de clase y hasta cartas de
amor inexistentes que luego nos divertíamos leyendo. Con el paso de los años y
no fue hasta hace poco que decido dar el salto a la literatura romántica y
probar suerte con mi primera novela “Un Mundo para Dos”. Actualmente compagino
mi trabajo en el área de Finanzas con la escritura de mi segunda novela".
Qué débil es la llama de una vela, indefensa ante el
viento criminal que la apaga, dejándole solo la opción de elevarse y
desaparecer siendo humo, aún más frágil. Qué frágil es la vida, pero también,
qué indefensa cuando nos sorprende el vendaval sin sentido del fanatismo y la
venganza que decide que no hay más opción que la muerte. Y entonces, nos damos
cuenta que, muchas veces, la vida, nuestra vida, depende del sinsentido de
otros, de la locura de quienes precisamente no sienten ningún respeto por ella.
Y entonces, miramos alrededor y nos encontramos con la mirada de las personas a
las que amamos y una punzada de dolor nos dobla imaginando que cualquiera de
ellos podría apagarse, como la llama de una vela, por decisión del terror de
quienes están tan vacíos que no conocen el amor.
Hoy el dolor se ha apoderado de todos los que amamos,
porque no es fácil desprenderse de la imagen estremecedora de quienes han
perdido lo amado en manos del terror. Es
muy difícil dejar de pensar en las victimas que, ni siquiera, pudieron sentir
el suspiro que separa la vida de la muerte. Hoy nuestro corazón y nuestras
oraciones los acompañan a todos, sin diferencias de raza, ni religión, porque
solo imaginando que una pequeña parte de su dolor lo podríamos sufrir en carne
propia, es la forma de acompañarles en
tan triste momento.
Este blog, donde se reúnen libremente todos aquellos
que juntan letras para desinteresadamente ofrecerlas a quienes las aman, no
puede ser indiferente ante una realidad que golpea al mundo. Desde estas páginas nos unimos a todos
aquellos que hoy lloran una tragedia que conmociona a tantas almas y unimos
nuestra voz a la gente de bien para clamar por la paz.
Hay una niebla espesa
que no me deja mirarte de frente,
me paraliza
congelando los latidos del pecho,
no quiero mirarte y
sin embargo te veo, te escucho, te siento sin que imagines
¡cuánto me dueles
Mundo!
Me hieres cada día
sin piedad, indiscriminadamente,
con la impotencia de
no poder hacer nada.
Creyendo en el fondo
de mis entrañas que sí puedo cambiarte, Mundo.
Cómo decirte, cómo
expresar lo que siento por ti,
las maravillas que
moran en ti,
que te quiero y que
me parte el alma y la vida verte así,
despiadado, gritando,
ensangrentando el blanco del amor y el azul de la vida.
¿Eres todo o eres
parte?
Esta ilusa, rebelde
que se debate por creerte una vez más,
que no somos todos y
que queremos luchar, vivir y ser felices por y en ti.
¿Pero qué nos haces?
Dividirnos, partirnos
y dejar nuestras mandíbulas rígidas y tensas ante tanta impunidad.
Que la vida no vale
nada en aras de un mensaje erróneo universal,
mirar hacia otro
lado, mundo privilegiado anestesiado.
Llevo tantas vidas
junto a ti, batallando y queriéndote a la vez,
que me siento vieja,
cansada y harta porque te resistes a cambiar,
porque de justicia no
entiendes,
que de maldad
entiendes mucho más que un corazón que solo quiere
quererte, abrazarte y
sanarte de la ponzoña del odio de los siglos.
Te has perdido tantas
veces que ya ni veo el suelo que piso,
si es sangre o
inertes vidas apagadas.
Si nado sobre tus
aguas teñidas de rojo
e imagino que las
medusas son las almas airadas de los que buscaban dignidad.
Mi destino va unido
al tuyo, te doy mi mano, te acompaño
Abrió la puerta de casa y un silencio lo invadió todo, extraño que no
hubiera nadie. Dejó el bolso y el abrigo colgados en el perchero de la entrada
y se quitó los zapatos, y decidió aprovechar uno de esos pocos momentos en qué se encontraba
sola en casa para darse uno de los pocos caprichos que podía permitirse; así
que se dirigió al baño y encendió el grifo de la bañera y cuando el agua
alcanzó la temperatura deseada la llenó echándole aquellas sales de
baño que alguien le había regalado por su cumpleaños. Mientras se desvestía,
su cabeza no paraba de pensar, en la grave crisis que estaba
atravesando su matrimonio debido a la precaria situación económica en la que se encontraban, crisis que parecía irremediable al comportarse ambos más como un par de extraños que comparten piso que como una pareja; en la profunda depresión en la que había
caído su marido después de haber perdido su trabajo 3 años atrás, siendo incapaz de salir de ese pozo sin fondo; en qué su exiguo sueldo de secretaria apenas
le alcanzaba para pagar el alquiler, y los suministros de agua, gas, y
electricidad…
...Y un suspiro de alivio salió de su boca al pensar cuan peor
podría ser su situación si se hubieran comprado aquel piso de exagerado precio 7
años atrás. En el instinto animal que le salía de las extrañas al ver u oír decir a
los políticos de turno que la precaria situación en la que se encontraban muchos se debía al haber vivido por encima de sus
posibilidades años atrás aunque ahora para todos la situación había cambiado y las cosas empezaban a mejorar... Pero
¿Quiénes eran esos todos?…
Su interior no podía soportar esa sensación de impotencia, vergüenza y culpabilidad al tener que pagarle sus padres casi todos los
meses alguna factura porque su sueldo no daba para más. Pensaba en la tristeza
que la invadía cuando sus hijos, de 5 y 7 años, heredaban la ropa de sus primos
y que tuvieran que comer cada día en casa de los abuelos ya que ni con la beca
alcanzaba para el pago del comedor del colegio, y lo mucho que ayudaba este
hecho a la economía familiar; no podía dejar de pensar en la suerte que tenía de poder acudir a su
familia si las cosas pudieran torcerse un poco más.
Y al acabar de desvestirse entró en la bañera y se sumergió completamente
en el agua, sintió que todos los músculos de su cuerpo de destensaban, en lo etérea, liviana y ligera que se sentía dentro del agua, en como disfrutaba
escuchando el sonido del silencio, mientras en su cabeza sólo se repetía un
único mensaje calm down, calm down, calm down…